Anna en la escuela – Cuentos para niños
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La Comisión Nacional de Cohesión e Integración (NCIC) ha colaborado con la Comisión de Servicios Docentes (TSC), el Ministerio de Educación y representantes de los clubes Amani para desarrollar medidas relacionadas con la paz en las escuelas, con el fin de minimizar los incidentes de hostilidad entre los estudiantes.
En su intervención durante la conferencia y la formación de los coordinadores de paz en el hotel Semara de la ciudad de Machakos, el comisario de la NCIC, el Dr. Danvas Makori, declaró que la formación de grupos Amani en las escuelas facilitará la convivencia armoniosa entre estudiantes de diferentes partes de la nación.
“Entendemos que la creación de clubes Amani en nuestras comunidades, especialmente en las escuelas, permitirá a los individuos vivir en armonía porque la educación es universal. Es necesario reducir la hostilidad en las instituciones para crear un ambiente de aprendizaje más propicio”, dijo el Dr. Makori.
“Muchas escuelas informaron de problemas de indisciplina el año pasado, y las organizaciones de Amani garantizarán que alumnos y profesores aborden sus diferencias de forma amistosa para evitar más trastornos”, señaló Makori.
Normas del aula
La convivencia escolar ha sido y sigue siendo un reto para los centros educativos, especialmente para aquellos que se encuentran en entornos de riesgo de exclusión social donde la violencia, los conflictos y los enfrentamientos son frecuentes. Sus profesionales de la educación requieren una revisión de las formas de gestionar la convivencia y hacer frente a los conflictos con el fin de mejorar las relaciones interpersonales y promover competencias que puedan traspasar los límites de la escuela y extenderse al conjunto de la sociedad. Sin duda, apostar por una educación que fomente la inclusión social constituye un objetivo del sistema educativo actual (Callado, Molina, Pérez, & Rodríguez, 2015) y aprender a convivir sigue siendo uno de los principales objetivos de la educación a nivel internacional (UNESCO, 2015). Desde esta perspectiva, existe la necesidad de formar al profesorado en estrategias que aboguen por una convivencia pacífica y libre de estereotipos (Harbera & Sakade 2009; Herrera & Bravo, 2012; Puig & Morales 2015).
Ofreciendo una respuesta al reto de la convivencia escolar, autores como Boqué (2005), Fernández (2008), Ortega & Del Rey (2003), Torrego (2012), Valls, Soler, & Flecha (2008), Naylor & Cowie (1999), Pellegrini & Bjorklund (1996) y Durán & Blanch (2015), por citar algunos, han realizado diversos trabajos de investigación relacionados con este tema, presentando estrategias que sin duda pueden resultar de interés para abordar el aprendizaje de la convivencia y mejorar el clima de nuestros centros educativos. Entre ellas, es nuestra intención destacar las que se sitúan en el contexto del llamado “apoyo entre iguales”, con el fin de favorecer la adquisición de responsabilidades y autonomía en los diferentes aspectos que conforman la convivencia escolar.
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En el marco del proyecto “Plataforma de juegos digitales para la medición de la voluntad de cooperación para la convivencia escolar” (IT15I10079) financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef IDeA), el director del CICS, Carlos Rodríguez-Sickert, presentará los resultados obtenidos tras dos años de investigación, que incluyeron la recolección de datos en diferentes colegios de Santiago.
La ceremonia se realizará el próximo jueves 30 de agosto a las 09h30 en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo en Santiago, y contará con la presencia de destacadas autoridades de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), la Corporación Municipal de Salud y Educación de San Bernardo, directivos de los colegios participantes, autoridades de la Universidad del Desarrollo, investigadores del CICS y su equipo, y los alumnos y profesores del DCCS.
Este proyecto, liderado por el Dr. Carlos Rodríguez-Sickert, Director del CICS, contó con un equipo interdisciplinario, que incluyó a profesores, psicólogos educativos e infantiles, científicos sociales y programadores informáticos. El objetivo era identificar las habilidades cooperativas y no cooperativas entre los compañeros de un mismo curso dentro de los centros educativos, bajo la hipótesis de que las diferencias observables en la cooperación entre los alumnos, pueden afectar a las diferencias en la calidad de vida escolar.
Uno de los principales objetivos de la educación primaria es formar a las personas con conocimientos, habilidades, actitudes y competencias clave para la vida y el desarrollo personal. En consonancia con ello, y sobre todo a nivel curricular en esta etapa, se pretende que los alumnos sean capaces de madurar plenamente y alcanzar la felicidad, el bienestar y el máximo desarrollo académico. Por estas razones, es importante que los diseños curriculares de esta etapa proporcionen a los alumnos de bachillerato los recursos y oportunidades necesarios para su maduración y que den sentido a su progresión académica y personal.
Es importante señalar que la sensación de ser apreciado, escuchado, de formar parte de una comunidad (en este caso, educativa), y de percibir que se atienden las necesidades personales, garantiza una mejor socialización de los alumnos y una gestión eficaz del estrés y la frustración. También garantiza un alto nivel de bienestar y esto tiene un claro impacto en toda la comunidad escolar.
En esta línea, cabe destacar que el sentimiento de satisfacción en el entorno académico, tanto de los alumnos como de los profesores, aumenta positivamente cuando el centro educativo adopta una dinámica de comunidad de aprendizaje, logra un clima social positivo, no registra ningún caso de acoso escolar y sus miembros establecen lazos de amistad, respeto y relaciones positivas.
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